Alfonsina y su cocodrilo

     


ALFONSINA

 

 Déjame que duerma nodriza en paz. Le dije a la letra "a" cuando se metió en mi oreja. Di que me he ido, le volví a decir.
    Y, es que estaba la "a" asolada, necesitada de calor y compañía, martilleaba los intersticios de mi oido con forma de palabra AAAAAlfonsinaaa, mientras lloraba.
    Me contó que había perdido la sustancia, que cando aparecía en las palabras de los discursos diarios sonaba a "h", que hacia mucho que las palabras no tenían concordancia con los hechos.
    Yo, estaba asombrada, literalmente a su sombra,
hacia tiempo que a mi me pasaba lo mismo.
     Mi alrededor me sonaba demasiado a "h".
     No pude por menos que compadecerme de mi
gran amiga, acurrucarla, arroparla, diciéndole
"te vas Alfonsina con tu soledad.......
     Y asi las dos juntas fuimos a buscar poemas nuevos.